lunes, 17 de diciembre de 2012



2ª parte: El ser y el no-ser

Comencemos este segundo apartado, hablando del ser y del no-ser o lo que es en otros términos sobre lo que es y lo que no es, realidad e irrealidad.

Platón es quien otorga al no-ser entidad de ser, cometiendo el famoso parricidio contra Parménides que había afirmado que lo que es es y lo que no-es no es; quien establece la dualidad entre mundo sensible y un mundo trascendente; quien atribuye al ser una entidad trascendente y eterna.

 
Sin embargo, en la concepción platónica sobre el no ser  hay algo interesante. Como decíamos anteriormente, en algunas de nuestras opiniones está más presente la idea del no-ser de lo que estamos dispuestos a aceptar... del no-ser como simulacro, como artificio, ¿Cómo entender, si no, la fascinación e incluso creencia en, por ejemplo, las supersticiones, la magia, y lo falso;  y en cuestiones más personales, nuestro gusto por lo irreal, lo absoluto, la pasión, por la mentira?.

Aunque estoy en contra del dogmatismo platónico que tilda de mentira, de falso, de simulacro, de copia al no-ser entendido éste como lo que no se corresponde, no participa de la Idea, del modelo perfecto, de lo que es. Sin embargo, Platón es quien "abre" esta nueva vía para comprender la realidad; una realidad sensible que  no es y una realidad transcendente que es.

 
Con Rosset, y aquí su acierto, veremos, mediante ejemplos de la vida, como el no ser tiene su entidad en la realidad y, que a veces, es más o menos irreal, más o menos falso, pero lo que el libro de Rosset querrá, sobre todo, decirnos es que lo principal es criticar que el no-ser, el irreal, se oponga a lo real -temática ésta central en la obra de Rosset-; que incluso hay grados y grados en este gusto por lo irreal e incluso se llega a defender su existencia si lo que se pretende es sembrar una ilusión irreal y mágica únicamente.


Gusto por lo irreal e ideal irreal

En este sentido, Rosset hablará de una "Locura aguda" que consistirá en tomar en consideración lo que no existe. Y por otro lado, de una "locura suave" para hablar de este gusto por lo irreal que consistirá cuando sólo se tiene lo que no existe por más interesante que lo que existe. No afirma la existencia de lo que no existe si no que se contenta con preferir lo irreal a lo real, es el gusto por lo irreal, gusto por lo falso, por el artificio o por el engaño. Por ejemplo, un ilusionista o las miniaturas que evocan las innumerables facetas de lo verdadero, incluidos sus aspectos más desconcertantes y paradójicos. Su intención es sembrar la confusión en la mente, que uno llegue a dudar no ya de la verdad si no de la diferencia entre la verdad y el error, de la diferencia entre el objeto verdadero y el objeto falso. No tiene por objeto rechazar lo verdadero, sino la paradoja de la existencia, y se contenta con tomar su relevo, ilustrando el hecho de la existencia, que es la rareza misma, con algunas rarezas complementarias. Lejos de suscitar inquietud, provocan un placer. Juega con la realidad simulando su desaparición momentánea.

Sin embargo, el gusto por lo falso y el artificio es diferente. Gusto por lo irreal que implica la idea de que el no-ser no es una variante del ser, sino, por el contrario, una entidad independiente del ser que posee cierta existencia particular. Por ejemplo, el no-ser de Platón. Parricidio de Platón respecto a Parménides.

Platón sabe bien que está imponiendo su opinión: a saber, que está estableciendo la posibilidad del error, de la mentira en el discurso del sofista, en el discurso que es <doxa>, opinión. Así, impone un "derecho" filosófico a decidir sobre lo que es y lo que no es.

En este caso, existe una atracción por lo irreal en detrimento de lo real. Una evocación del deseo para luego perderlo en la transcendencia... ¿Por qué está transcendencia filosófica? 

En opinión de Rosset, esta atracción por lo irreal, por el ideal, es un deseo que es incapaz de constituirse y de darse objetos; de manera que es más la incapacidad de desear que el deseo mismo el que está en el origen de la elección del objeto irreal en detrimento del objeto real. Falta de apetito del desear. Interés en otro sitio y poco interés en el aquí.

Siguiendo a Montaigne, Rosset afirmará que la mente se extravía a causa de ella misma. "La fuerza de la mente es su vulnerabilidad también, pues goza de una libertad tal que le permite emanciparse de las enseñanzas del cuerpo", dirá.

En lo que respecta a esta cuestión, Rosset hace una interesante análisis sobre los extravíos de la mente y pone algunos ejemplos. En el romanticismo, por ejemplo de Mallarmé, en el cual lo propio del deseo habitual del hombre es una falta de apetito o de un "hambre que de ningún fruto aquí se regala. Y es que para el autor que aquí tratamos "el mejor de los mundos no es un mundo en el que se obtiene lo que se desea, sino un mundo en el que se desea algo".

Otros de los que habla Rosset es el de los extravíos de la mente respecto al cuerpo. Y aquí pone a Montaigne como ejemplo contrario a Platón. Montaigne afirmará que si la mente patina es a causa de que ya no se deja guiar por el cuerpo- la fuerza de la mente es también su vulnerabilidad, pues goza de una libertad tal que le permite emanciparse de las enseñanzas del cuerpo-.

Otro de los ejemplos de extravío de la mente, es decir, de esa locura suave de la que hablábamos al principio, es la avaricia. La avaricia que es un gusto exclusivo -y excesivo- por el dinero y de su imposibilidad de gastarlo en pos de una ganancia futura...

O la búsqueda de lo Absoluto, tan común al idealismo y al romanticismo alemán. "La pasión absoluta- dirá Rosset- consiste en codiciar un objeto irreal y bastante raro. Pasión corriente con objetos irreales, es decir, en objetos inaccesibles o bien en objetos ajenos a los intereses de la persona".

Asimismo, Rosset tratará sobre las pasiones concretamente sobre "el todo apasionado". Así, este todo apasionado es el estado del ánimo que se "imbuye por completo en el proceso pasional de sustitución de intereses reales por intereses imaginarios y de bienes tangibles por males ilusorios. Ejemplo de ésto son los celos, o ese todo -y tono- apasionado producto de la lejanía.

Por último, en esta lista de locura suaves, extravíos de la mente o de gusto por lo irreal, Rosset hace una opinión cuanto menos polémica, a mi modo de ver. Así, habla de "aquellas actividades mentales o físicas que no tienen el menor interés tangible para nadie". Cito lo siguiente: "Igual que aquel personaje que nos presentan Quintiliano y Montaigne como ejemplo de perfecta ineptitud, capaz de enhebrar garbanzos en una aguja desde lejos y cuyo virtuosismo recompensó Alejandro Magno con el regalo de de un celemín de garbanzos -regalo de evidente ironía.... ¿Incontestable al fracaso? ¿Proeza absurda? o como dice Lacan: "hazañas imaginarias en una situación de extravío". Ahí queda eso.

En definitiva,  todas ellas locuras que beben -dice Rosset- "de una necesidad de alimentarse de bienes imaginarios , nacida de una incapacidad de satisfacerse de los bienes reales".







En definitiva, Rosset clarifica que el filósofo debe comprender el ser y el no-ser. Que ser y existir son conceptos equivalentes y no separados; por tanto que no existe el ser por un lado y el ente por otro lado. Y que el no ser existe, pero no en la concepción que le da Platón al no-ser, decir, como el discurso falso, mentiroso de la opinión del sofista, es decir, de la mayoría de discursos que no son de ciencia -episteme- o dialéctico-filosófico -auténtico conocimiento-, si no, por el contrario, que el no-ser existe bien como "locura grave", es decir, considerar que el no ser existe, pero no como falsedad ni error si no como únicamente extravío de la mente; y también como "locura suave" entendiendo esta como el gusto por lo irreal que consistirá cuando sólo se tiene lo que no existe por más interesante que lo que existe.

En mi opinión, de los conceptos ser y no-ser se extrapolan consideraciones muy importantes sobre, por ejemplo, conceptos como <verdad>. Así, el concepto verdad se concibe, se entiende, se pone intrínsecamente en relación entre el ser y el no-ser. Así, una cosa será aceptable en su consideración de verdad en su relación con su realidad y con lo real; por ejemplo, la magia existe en el sentido de que es un gusto por lo irreal que sólo prefiere lo irreal a lo real pero que no lo niega, aunque disfrace y haga pasar por verosímil lo inverosímil. Por tanto, a  mi entender, parece que una cosa es lo real y otra la realidad.

En el capítulo tercero del libro, Rosset trata otra forma de admitir la inexistencia del no ser, pero al mismo tiempo dotar al ser de una duplicidad que le permita, según las necesidades del momento, "ser lo que es a la vez que lo que no es: el ser es doble. Ésta duplicidad del ser, esta forma de hablar contradictoria, la encontramos en el alma crapulosa que sólo realiza sus malas acciones en la medida en que se defiende de cualquier sospecha sobre su voluntad de obrar mal. Así, por ejemplo, existe el gangster que mata sin compasión y que, por el contrario, al mismo tiempo detesta ver sufrir a una de sus víctimas. Otro ejemplo, es el de aquellas personas que dicen una cosa pero pretenden otra, algo así como que uno hable pretendiendo no ser escuchado, aunque sepa perfectamente que va a serlo.

En cuanto a esta duplicidad, para Rosset, no hemos de verla como producto de la hipocresía y de la mala fe, si no que no es más que una banal ilusión -desagradable, por cierto-, producto de la ilusión y de la alucinación de un ser doble. 

El capítulo Moral y crápula habla de la moral de los truhanes, gangsters y gente de dudosa moral. Para Rosset, los truhanes, contra lo que pueda parecer, exhiben una moral que a grandes rasgos es de tipo kantiano. ¿En qué sentido os preguntaréis? En el sentido de que el truhán utiliza argumentos morales para justificar sus actos más reprensibles. El famoso imperativo categórico que Kant anuncia en los Fundamentos de la metafísica de las costumbres: "Actúa únicamente según aquella máxima que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal", según Rosset ésta es una máxima de carácter terrorista, pues "se propone hacer de una disposición particular una ley universal lo que es proselitismo intolerante y fanático". Kant dice en su libro Fundamentos: "De todo lo que es posible concebir en el mundo no hay nada que pueda ser tenido por bueno sin restricción, fuera de una buena voluntad". Esta supuesta buena voluntad choca con la afirmación nietzscheana de que el destino de toda intención moral sea siempre desembocar extrañamente en los efectos más escabrosos, inmorales e inmundos. Según Nietzsche, la coincidencia entre el deseo de obrar bien y un efecto contraproducente es frecuente. Es lo que podríamos llamar la "paradoja de la moral". Afirmación que da lugar a pensar que si todo bien pensante se revela en la práctica como un mal hechor, quizás sea porque todo malechor es de entrada y necesariamente un bien pensante. Connivencia entre el <bien-pensar> y el <mal-hacer>. Me viene al pensamiento ese dicho tan famoso que dice más o menos que lo que hagas con la mano izquierda que no lo sepa la derecha.

Ejemplos innumerables los encontramos en la literatura y el cine, principalmente norteamericanos. En la trama de muchas de estas películas y libros, sobre todo, aquellos de género policíaco o negro. Por ejemplo en las películas de Raymond Chandler,  el hombre justo -el detective Marlowe- deber recurrir a los métodos del maleante -para cazar al gangster, a veces, el detective  tiene que usar la fuerza bruta o la violencia contra ellos para defenderse de sus ataques o bien para sacarles confesiones, etc.

Siguiendo con la doble moral del crápula, en nuestro caso un gangster, éste no dudará en utilizar argumentos morales para dar cuenta de sus actos más reprensibles. Así, por ejemplo, al final de sus fechorías, de su reinado de terror, que los espectadores contemplamos al final de las películas, asistimos al tradicional encuentro directo entre el gangster y la policia y en el que éste, a modo de confesión en algunos casos, justifica a sí mismo y a su causa diciendo, por ejemplo, "solo seré juzgado por Dios", "hice lo correcto, lo que necesitaba la organización", "Somos la familia" a pesar de que ésta venga acompañada de asesinatos, extorsiones, etc.

No obstante, discrepo cuando Rosset cuando al final del capítulo que "el único críterio sólido que permite establecer la división entre lo que reprensible y lo que no lo es, no es de orden moral sino jurídico e institucional; que le corresponde en definitiva a la ley, y sólo a la ley, decidir lo que es justo y lo que es delictivo, de acuerdo con lo que es conforme o no a su texto. Y que cualquier otra visión sobre el asunto es ilusoria: no solamente la moral de Kant, sino asimismo cualquier otra moral, desde el momento en que, como sucede siempre, pretende añadir a la observación de los hechos una apreciación de las intenciones"- página 166-.

Sin embargo, no estoy de acuerdo con la cita de Rosset de que el único critero sólido que permita establecer una división entre lo que es reprensible y lo que no lo es, no es de orden moral sino jurídico e institucional. En mi opinión, no puede hacerse una única interpretación sobre el concepto de buena voluntad ligándola a una utilización determinada de ésta -en este caso la moral crápula, gangster-. No se puede reducir el término buena voluntad, como en el libro se hace, únicamente a la moral crápula. Si bien, los seres humanos hacemos un uso subjetivo, interpretativo y utilitarista a veces de nuestras afirmaciones, también es verdad que otras prácticas, otros usos, otros valores, legitiman un uso distinto al que le da Rosset. Y aunque Nietzsche afirmara que no hay voluntad desinteresada... es decir, que en el fondo siempre actuamos por algún interés... si bien podemos estar de acuerdo en que los seres humanos actuamos en pos de un interés propio, afirmo, con la misma contundencia que lo anterior, que este interés propio no siempre es en nuestro beneficio, a veces, incluso podemos llegar a actuar conscientemente en contra de nuestro beneficio... -como decía Dostoievski "el hombre quiere en su entera voluntad que incluso dos más dos lleguen a ser cinco" -añado, que en el libro Memorias del subsuelo lo expresa el protagonista para llevar la contraria, por voluntad, a todo tipo de determinismo-.

Incluso concibo que podemos llegar ha actuar en nuestro interés en pos de un fin mayor, de una satisfacción mayor, que, a veces, se corresponden con valores éticos y morales. Por ejemplo, la célebre frase de Maquiavelo "el fin justifica los medios" es un ejemplo paradigmático. En la historia del pensamiento político, a Maquiavelo algunos le consideran un realista político; para otros, ejemplo del cinismo político -maquiavelismo-.A la frase "el fin justifica los medios" la mayoría de la veces centramos el punto de interpretación en las consecuencias inmorales, de maldad, etc que conlleva que da igual qué tipos de medios se utilicen para la consecución de un determinado fin, es decir, que se justifique cualquier medio inmoral, violento, etc si es en beneficio de un fin mayor. Lo que yo digo es que, a veces, se puede entender el concepto de buena voluntad como aquella que expresa un modo de comportamiento que lo único que quiere es conseguir llevar a buen puerto la acción emprendida; sin embargo, pienso que no es sólo lo que mueve a una buena voluntad que se haga bien esa acción, si no que, en el fondo, incluso podemos llegar a encontrar sentimientos, feelings, entendido a la manera de Hume, es decir, que en el fondo de nuestras acciones e interpretaciones actuamos según un determinado feeling con nuestro otro. ¡Ese sentimiento puede ser de solidaridad, de cariño, de amor e incluso un sentimiento trágico!. Así, la moral de una acción quedaría finalmente reservada a un sentimiento de afinidad, de simpatía o no con nuestro semejante pudiéndose llegarse a utilizar  medios irreales, falsos incluso -siguiendo con la reflexión de este post, la magia sería un buen ejemplo de ésto- en pos de un buen fin. Contra el determinismo de que todo debe ser así y "esto es lo que hay", existe una voluntad que se mueve entre medio, que no es intencionada -mi interés propio- ni desinteresada -no hay voluntad sin interés-, si no que, por el contrario, simple y humanamente es fruto de la propia humanidad. Mentir sobre los reyes magos justifica un buen fin, la alegría de los niños. Ahora sí, recurrimos al gusto por el irreal bueno.  

En otro de los capítulos llamado el milagro griego, Rosset sigue, desde otra perspectiva, el asunto de ser y no-ser ahora presentándolo a través de las figuras de Hölderlin y de Nietzsche o de lo que es lo mismo: del romanticismo y del vitalismo.  

Para Rosset, Hölderlin representa el hombre romántico del idealismo alemán que piensa que el hombre ha perdido su lugar y su identidad propias, su relación con el Todo, lo Absoluto, la Naturaleza propia del griego antiguo. Éste hombre es la sombra de lo que fue aquel. Para Hölderlin el hombre moderno no puede encontrarse en la experiencia presente, incapaz de descubrir razones para vivir y actuar: sólo debe buscarse en un pasado legendario.

Por contra en Nietzsche, ocurre lo contrario: Para éste, la aceptación regocijante de uno mismo por sí mismo, ante y contra todo, que caracteriza al espíritu de la tragedia griega, es la felicidad y el mayor logro estético. "El aquí y el ahora". Espíritu dionisíaco que se opondrá al ideal romántico de fabular sobre un mundo distinto del nuestro. Ideal romántico que representa el instinto de denigración, desprecio y venganza contra la vida en pos de "otra" vida y "mejor".

Una vez leído el libro me hago las siguientes preguntas: ¿Qué es lo real? ¿Qué es verdad?

A mi entender, existen varias respuestas-alternativas:

1.      Existe el no-ser de Platón: no-ser entendido como mentira, falsedad, artificio, error.
2.      Y el no-ser de Rosset: gusto por lo irreal pero que no se opone a lo real, si no que juega con la realidad simulando. Además, para Rosset existiría otro no-ser que es un irreal y que se opone a lo real.
Reflexión: el no-ser simulador es verdad en su realidad. Y tiene una relación de parentesco con el ser-es en cuanto a lo real en tanto que no se opone a éste, pero es falso porque se opone a lo real.

Dejo la importante cuestión psicológica para otro estudio: ¿Qué relación tiene lo aquí explicado con lo real, lo simbólico y lo imaginario en Lacan?

Alfonso García Carrillo

Clement Rosset. Principios de sabiduría y de locura.



Clement Rosset, Principios de sabiduría y de locura, Marbot Ediciones, 2008, Barcelona. 175 páginas.

"El verdadero filósofo es aquél que sabe tomar en consideración, contrariamente a lo que enseña Parménides, además de lo que existe lo que no existe" -página 96-.

Para mi primera entrada filosófica en este blog, he querido hacer la crítica de un libro filosófico que puede interesar a cualquiera versado o no en filosofía. Como el libro da mucho de sí, he preferido estructurarlo en dos partes, en dos entradas en el blog. La primera parte trata sobre la equivalencia de <ser> y <existir>, ésta parte está más ligada al análisis estrictamente filosófico; y una segunda, -y quizás más interesante y asequible para un lector no acostumbrado a análisis etimológicos-filosóficos- gira en torno a la reflexión sobre el ser y el no ser, es decir, sobre lo real y lo irreal; y en último término, sobre la verdad y la mentira.

Escrito en un lenguaje sencillo y ameno, el libro cuenta, a través de la argumentación filosófica y de numerosos ejemplos literarios, sobre el ser y el no-ser, es decir, sobre lo que es y lo que no es. Asunto de vital importancia, pues, en el fondo, de lo que está tratando es de lo que es real y de lo que no; o en otros términos, sobre lo que se ajusta a la realidad o, por el contrario, lo que es su doble, lo irreal.

Así pues, hablaremos de lo real y lo irreal de personajes-personas que no quieren ver la realidad y se caen en extravíos de la mente... Hablaremos del gusto por lo irreal: la magia, la pasión, la avaricia, de gangsters y de crápulas... ¿Le echamos una mirada...?


Primera parte: Ser y existir

Comencemos, pues, esta primera parte hablando sobre <ser> y <existir>. En el análisis sobre el ser y el existir no vamos ha ahondar en las concepciones aristotélicas o heideggerianas sólo vamos a partir de ellas en lo que sea necesario para comprender el tema.  Sin embargo, en el tema sobre el ser y el no ser sí que vamos a partir y ha interpretar las concepciones que tienen filósofos como Parménides y Platón.

Comencemos hablando sobre el <ser> y <existir>, el libro de Rosset, en su primera parte, parte de la reflexión intuitiva, en forma de poema, que escribió Parménides sobre el ser. El poema de Parménides dice lo siguiente:

"Hay que decir y pensar que lo que es es, pues lo que existe existe, y que lo que no existe no existe: te invito a meditar sobre esto". -Acerca de la Naturaleza, fragmento VI [Edición y traducción Joaquín Llansó, Madrid, Akal, 2007] ...
"Nunca forzarás a existir lo que no existe". -Acerca de la naturaleza, fragmento VII-.

Para comenzar, diremos que para Rosset, <<ser>> y <<existir>> son términos equivalentes. Nos dice Rosset: "traduzco y traduciré indistintamente por uno u otro el verbo griego einai y sus múltiples derivados. Al ser éste el único verbo que expresa en griego la idea de ser y de existir, no veo en absoluto sobre qué podría uno fundarse para distinguir en el texto de Parménides -como sugieren, por ejemplo, Heidegger y Jean Beaufret en Le poème de Parmènide- entre ser y existir, entre <<el ser>> y <<el ente>>" -página 11 y 12-.

Con esta afirmación -que ser y existir son equivalentes, Rosset se está oponiendo de base a la filosofía Heideggeriana que se inspira en una crítica a la ontología filosófica tradicional que se ha olvidado del ser en favor del ente. Para Rosset ser y ente son lo mismo, por lo que Heidegger, en opinión de Rosset, está haciendo "existir" a un ser que no existe indistintamente de un ente. En definitiva, privilegiando el sentido del ser frente al del ente dotándole a este primero de una superioridad ontológica-gnoseológica superior a la del segundo. Esta afirmación ontológica tan contundente supone un ataque decisivo a la ontología heideggeriana .

Por otro lado, podríamos estar tentados a pensar que las sentencias de Parménides parecen a primera vista una banalidad porque lo que dicen es muy evidente y manifiesto para todos "lo que es es, y lo que no es no es". Sin embargo, también es evidente que el no-ser está más imbuido en la opinión de la gente de lo que pensamos...

Parménides deja una cosa clara: la prohibición que implica la apelación a otra verdad, por plausible o posible que pueda ser. Si bien es plausible afirmar que las características del ser -inengendrado, imperecedero, inmóvil, tal y como las describe el fragmento VIII- han sugerido desde Platón la idea de un ser <ontológico> desprendido de cualquier relación con la existencia común, es decir, con la realidad temporal, sensible y cambiante; sin embargo, Rosset no encuentra nada que pueda autorizar la interpretación de que hay un Ser imperecedero y eterno y, por otra parte, un ente.
Adentrándonos en el fondo del problema, y dejando de lado cuestiones etimológicas y de traducción, en opinión de Rosset el poema de Parménides nos enfrenta a un problema que se resume en la siguiente pregunta: ¿Por qué en la primera parte del poema Parménides expone claramente que lo verdadero se limita a lo que es y, sin embargo, en la segunda parte nombra, dándole un valor de "existencia", en este caso de negación de un ser, a lo que no es, a lo falso?

Al principio del poema de Parménides, el ser es mientras que al final afirma que el ser posee tal o cual característica -imperecedero, inmóvil, inengendrado- que lo opone a cualquier otra forma de ser... Por tanto, en el poema de Parménides encontraríamos dos enunciaciones distintas: una, el ser es lo único que es; y la otra, el ser no es lo único que es... En mi opinión, quizás Rosset se equivoca al atribuir al no-ser de Parménides una concepción de existencia, porque para los griegos el no-ser era básicamente vacío, a algo que carece de sustancia, por tanto, increado, sin esencia ni existencia. Por tanto, Rosset critica la lectura tradicional influida por Platón que separa <ser> y <ente>, pero a su juicio tal separación no existe en Parménides porque para éste último son términos equivalentes.

Pero, Rosset también se opone a la interpretación de Parménides de que no exista el no-ser, es decir, el no-ser en su pleno <existir>, en su predicación existencial. En mi opinión, Rosset señala y crítica acertadamente la dualidad de la lectura tradicional ontológica, que crea dos mundos el del ser eterno y el del ente sensible.  En este sentido y en mi opinión, <ser> y <ente> son lo mismo; no hay un único modelo-arquetipo bueno -un Ser modelo de los demás, los cuales son copias, simulacros-, sino, por el contrario, varios modelos diferentes, todos con su diferencia y legitimidad únicos en su diferencia.

Siguiendo con la reflexión sobre la equivalencia <ser> y <ente>, para Rosset "esta característica del ser que consiste en ser inalterable, independiente del pasado y del futuro es también la característica de cualquier existencia, desde el momento en que está presente ... "¿Que realidad no ha estado nunca sujeta a la alteración, al pasado o al devenir?- nos dice Rosset- Existir equivale a ser uno mismo y a serlo ahora"- página 22 y 23-. Así, Rosset se pregunta si la lectura tradicional no atribuye a Parménides una ambición ontológica y una preocupación por la eternidad que en Parménides no está "y que no fue una vez, ni será, pues ahora es todo a la vez". Ahora es, existe ahora, en el presente.

martes, 11 de diciembre de 2012

Luis Eduardo Aute



QUE ES AUTE PARA MÍ:

Cuando un verdarero artista se impone sobre la superficialidad más vanal.

Cuando un verdadero artista se impone jugando, creando sobre lo aparente, sobre el sin sentido del mundo, superando incluso el dolor de su existencia que se revela incluso frente al sentido común... que transciende más allá de lo que está dado en su tiempo... y cuya obra será guía para algunos quizás en un futuro o en otra realidad inventada...

Cuando un verdadero artista dicta su Razón; y que, por tanto, no está subordinado a la razón.

Cuando un hombre es artista no un creativo.

Cuando un hombre antepone sus valores, sus ideas, sus ideales, sus sentimientos, por encima del valor económico-material que muchos, únicamente y lamentablemente, le dan a las cosas.

Cuando la creación del hombre se convierte en obra de arte no en un producto de la industria cultural.

Cuando la obra de un artista es capaz de redimir su vida y la tuya.

Cuando la obra de un artista es capaz de crear un mundo por sí mismo.

Cuando la obra de un artista te sacude, provocándote gozo... ahora y siempre.

Cuando, en fin, un artista es, en sí mismo, una obra de arte -y nada más que eso-.


Alfonso García Carrillo

De vez en cuando y para siempre...






Vivimos en una rutina diaria de obligaciones, compromisos, responsabilidades y actos. La vida es necesidad -necesidad entendida como algo, en este caso la realidad, que está ahí siempre, que se da necesariamente- y azar; necesidad que es causalidad -concepto categórico de causa- y casualidades -de casual, azar- a su vez.

Así, tras el aparente ir y venir de los acontecimientos, cosas y personas en nuestra vida, en esa repetición a simple vista rutinaria de nuestro día a día, no obstante existe la posibilidad de lo nuevo, de lo diferente: de que las cosas pueden llegar a ser diferentes. 
"De vez en cuando" el azar, el acontecimiento casual irrumpe en la necesaria cadena de necesidad de la vida deviniendo, además, algo que se convertirá para nosotros en algo eterno, para siempre.
Por otro lado, lo eterno también puede ser casual, azaroso a diferencia, por ejemplo, de lo que decía Platón el cual sólo dota de status de eternidad a lo que no cambia ni se somete al cambio porque -para Platón- sólo ésto puede ser eterno y objeto de conocimiento y de verdad. Las ideas, son los modelos, los arquetipos perfectos que están en el mundo de las ideas y para los  cuales  las copias de este mundo sensible -las cosas y sus acontecimientos azarosos o no- sólo son falsos, meras copias que participan del modelo ideal.
Por contra, proclamemos amigos: "de vez en cuando y para siempre"...
Dejemos entrar en nuestra mente al azar -¿no es en el fondo una disposición psicológica?- en nuestra vida programada, rutinaria, confortable, repetida y necesaria... "para siempre".

Alfonso García












jueves, 29 de noviembre de 2012

Luis Alberto de Cuenca


Nacido en Madrid el 29 de diciembre de 1959, Luis Alberto de Cuenca es profesor de Investigación del Instituto de Filología del CSIC. Ha sido Director de la Biblioteca Nacional y Secretario de Estado de Cultura.

En su poesía, de verso libre, se dan de la mano lo inmanente y lo trascendente: Las experiencias vitales de amor y de desamor están muy presentes en sus poemas. Los poemas de amor se caracterizan sobre todo por resaltar el "eterno femenino" pero desde dos prismas: la del deseo expresado y la del desamor padecido. En ellos, hay, sobre todo, un deseo de trascender el tiempo: el amor, exaltado por el poeta, quiere vivirse en el instante -carpe diem-, en el presente no en la nostalgia.

En la última etapa de su poesía, hay un deseo -quizá no expresable...- de invocar y de expresar la esencia poética que se escapa a lo mundano... Su poesía se distingue de muchos de sus contemporáneos, por recoger en sus poemas tanto temas cultos como populares (cómics, películas, etc). Además de su obra como poeta, ha escrito letras de canciones para grupos musicales importantes para este país.

Últimamente, su poesía ha sido musicada por el cantante rockero Loquillo que ha publicado el disco llamado "Su nombre era el de todas las mujeres" cantando una selección de poemas de Luis Alberto de Cuenca musicados y arreglados con ayuda del profesor de literatura de la Universidad de Zaragoza Gabriel Sopeña.  Un disco de poesía cantada que recorrerá los teatros del país.

Aquí os dejo algunos poemas de Luis Alberto de Cuenca.

VIVE LA VIDA "Puesta de Sol", Por Fuertes y fronteras. Un canto a la vida. Vída que se presenta, que se vive, de distintas maneras. Vida que vivimos todos y todas con sus alegrías y sus decepciones.

Vive la vida. Vívela en la calle
y en el silencio de tu biblioteca.
Vívela con los demás, que son las únicas
pistas que tienes para conocerte.
Vive la vida en esos barrios pobres
hechos para la droga o el desahucio
y en los grises palacios de los ricos.
Vive la vida con sus alegrías
incomprensibles, con sus decepciones
(casi siempre excesivas), con su vértigo.
Vívela en madrugadas infelices
o en mañanas gloriosas, a caballo
por ciudades en ruinas o por selvas
contaminadas o por paraísos,
sin mirar hacia atrás.
Vive la vida.

IN ILLO TEMPORE. "La herida oculta", Por fuertes y fronteras. Un canto al deseo. No obstante, un canto que siguiendo los hilos de un tiempo presente -del tiempo subjetivo de cada uno- y nostálgico re-memora un pasado mejor junto a la amada. Tiempos mejores que quizás son ya pasado, pero que los recuerda con lucidez y gozo.

Tus padres se habían ido a no sé dónde
y la casa quedó para nosotros,
lo mismo que el convento abandonado
del poema de Jaime Gil de Biedma.
Con la música a tope, preparaste
una mezcla explosiva en una jarra
mientras yo te quitaba, dulcemente,
la ropa de la cintura para arriba.
Llenaste las dos copas hasta el borde.
Bebimos. Nos entró la risa tonta,
y se nos puso un brillo en la mirada
que subrayaba nuestra juventud,
y nos besamos como en las películas,
y nos quisimos como en las canciones.

Cuando la realidad era el deseo
y nuestro reino no era de este mundo.

JARDIN CERRADO, "Por las calles del tiempo", del libro Sin miedo ni esperanza.
Un canto del poeta sobre todo a la mujer. A esa mujer que, tras lo duros golpes del desamor, ha cerrado su corazón al amor. El poeta se quita la máscara delante de la mujer y le pregunta cara a cara dónde ha ocultado y escondido sus sentimientos, sus esperanzas de amor, aquel amor que tanto colmó su alma. Pero la mujer sigue sin responderle, sigue sin responderse, muda... Así, el amor se ha transformado en silencio, en un arma, en un silencio que mata...

¿Para mí? ¿Para todos?
¿Para quién has cerrado
el jardín de tu alma?

¿Por qué reina la angustia
en el huerto concluso
donde el amor reinara?

Un amor bullicioso,
de besos y de risas
y de tiernas palabras;

un amor que la luna,
desde lo alto del cielo,
coronaba de plata.

Y ahora, sin antifaces
que velen nuestros ojos,
quitándonos las máscaras,

¿vas a decirme dónde
has guardado la llave
que abría tus mañanas?

Mañanas luminosas,
juveniles, triunfantes,
inagotables, mágicas,

En las que tu desnudo
jugaba con el mío
sobre la hierba blanda.

Y ahora, destruida
la fe, roto el deseo,
perdida la esperanza,

¿vas a decirme dónde
has guardado la llave
de aquellas noches claras?

Noches en que las luces
de tu cuerpo prendían
fuego a la madrugada

en el lecho de hierba
donde nos abrazábamos,
enemigos del alba.

Pero no me respondes.
Manejas tu silencio
como si fuese un arma

que apunta a mi cabeza
o un insecto asqueroso
que anida en mis entrañas.

Silencio que inunda
de ansiedades el pecho
y me roba la calma.

Silencio que es olvido,
cruel indiferencia
e insalvable distancia.


ESTOY AQUI, "Por las calles del tiempo", del libro Sin miedo ni esperanza. Un canto al amor atemporal y romántico. Un bonito poema de lealtad, compromiso y amor. En él, el amado le dice a su amada que siempre le tendrá a él como abrigo en los malos momentos. Pero, finalmente, no se sabe porque la amada ya no está junto a él...
Estoy aquí, mi amor, estoy aquí,
velando tus naufragios en las noches
en que nadie responde, en las heladas
madrugadas vacías, en las tardes
de desesperación y de locura.
Pon en duda, si quieres, que la Tierra
gire en el desolado precipicio
del espacio infinito alrededor
del Sol, o que los astros sean fuego,
o que el amargo río de la vida
desemboque en la muerte. Pero nunca
dudes de que, en la fiebre del fracaso
o en la sed de la angustia, en el abismo
de la ansiedad y del desasosiego,
estoy aquí, amor mío, estoy aquí.

Aunque tú no me veas ni me oigas.



Y por último dos cantos a la amada. EL DESAYUNO, "Memorabilia", del libro El hacha y la rosa..Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuanto te vas e compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
"Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno".


BEBETELA, "El diablo enamorado", del libro Sin miedo ni esperanza.
Dile cosas bonitas a tu novia:
Díselo muy bajito, con tus labios
pegados a su oreja, sin que nadie
pueda escuchar lo que le estás diciendo
(a saber, que sus piernas son cohetes
dirigidos al centro de la Tierra,
o que sus senos son la madriguera
de un cangrejo de mar, o que su espalda
es plata viva). Y cuando se lo crea
y comience a licuarse entre tus brazos,
no dudes ni un segundo:
bébetela.


Alfonso García

Imma Monsó. Un hombre de palabra




Un hombre de palabra, Inma Monsó, Alfaguara, 2006.

Os recomiendo encarecidamente la lectura de este libro. Cuenta la historia de un hombre muy especial..., la de mi profesor de filosofía en COU. Os preguntáreis por qué es tan importante este libro para mí. Os cuento. Es una historia real y es uno de esos los libros que se escriben con sentimiento, sinceridad y amor auténtico. La narradora es su mujer que, escribiendo en primera persona, cuenta el periplo personal y vital de ambos: desde que se conocen en un mítico bar de jazz de una ciudad barcelonesa siendo ambos profesores de instituto, al descubrimiento de sus personalidades, su convivencia diaria, su complicidad, su pasión; finalmente, ocurre algo en sus vidas inesperado y trágico que rompe esa armonía, ese amor, y que por supuesto no os voy a contar.

Contada con sentimiento y autenticidad, que te hace espectador de una historia real, esta historia se convierte para la autora en una especie de catarsis personal que a través de la literatura pretende rendir un pequeño homenaje a su esposo y en la medida de lo posible "olvidar", pues a veces sólo podemos seguir viviendo olvidando.

Un itinerario personal a través del recuerdo de vivencias muy especiales que te llega al alma. Una historia que nos puede pasar a tod@s. Historia que habla de una persona ESPECIAL, MÁGICA, UNICA e IRREMPLAZABLE. En la páginas de esta historia conmoveradora encontraremos al personaje literario de leyenda que fue Roger: aquel "caballero que, como Amadís de Gaula, bajo la bandera del amor y la caballería milita"... Quienes tuvimos la suerte de conocerlo así lo recordamos.

Todo lo que os pueda decir de la personalidad de este hombre se queda corta: el "Cometa" le llamaban. Y puedo decir que es verdad lo que decían de él, pues como el cometa que atraviesa en pocas ocasiones el universo una vez este Gran hombre se cruzó en mi vida y ésta ya no fue la misma. Durante años, he asistido en la facultad de filosofía a clases de docentes que se hacen llamar profesores..., pero muchos de nosotros nunca hemos vuelto a Sentir en una clase lo que con sus enseñanzas y su personalidad nos transmitió. Buena parte de lo que soy hoy en día se lo debo a él.

Me veréis colgar aquí otros libros interesantes pero Un hombre de palabra siempre ocupará un lugar privilegiado en mi corazón.

Mi más sentido y humilde recuerdo con afecto para mi Profesor.

Dedicado a tí Roger.

Alfonso García Carrillo

François Ozon. En la casa.



En la casa. Dans la maison.
Director: François Ozon. Obra: Juan Mayorga.
Francia. 2012

Inmejorable ocasión para inaugurar este blog que hablaros de la experiencia que para mí ha supuesto ver esta película.Sin lugar a dudas, en mi opinión, no sólo se trata de una de las mejores películas francesas de la década, si no también de la historia del cine francés, así de rotundo. ¿Cuál es la razón que me lleva a pensar, lejos de ser un juicio precipitado a tener tal opinión sobre esta película, esto? Primeramente, porque claramente pone de manifiesto el gran poder que tiene la Literatura, no ya únicamente como forma de crear un universo de ficción y hacerlo tan real y verdadero como la vida misma, si no para poner de manifiesto, a través de la ficción, la enorme capacidad que posee la literatura para profundizar en la psicología del ser humano y en su capacidad inagotable para crear mundos en los cuales una ficción puede ser tan verdadera como la más verdadera de las realidades y donde el poder desatado de la imaginación penetra incluso en aquellos otros territorios tan poco transitados por la razón humana y que enlazan con la locura y lo siniestro.

En mi opinión, hay dos moralejas en la película: primera, -¡terrible verdad!- que la literatura es capaz de crear territorios morbosos, oscuros, abismales... y que el escritor también es un depredador, un vampiro, que a modo de araña teje la tela en la que caen irremediablemente sus presas, sus lectores...; y segunda, que la ficción puede ser igual o más real que la propia realidad.


Alfonso García Carrillo